Por Sara Moreno
Hoy vamos a hablar de las
personas. Vamos a ponerle cara a una de las partes a las que se refería Emma
Pérez-Romera en el post de la semana
pasada: ‘Alimentos para los que no tienen nada’.
Pero antes vamos a hacer un ejercicio que, cuando lo he experimentado en
primera persona, me ha puesto ‘los pelos de punta’: mete la mano en el
bolsillo, abre tu bolso y el monedero, y mira dentro; ¿tienes hoy 20 céntimos para comprar una barra de pan? “Le pediría
a Dios que esa gente que no me ayuda pase por la necesidad que yo estoy
pasando, sólo un día, para que sepan que es no tener 20 céntimos para comprar
una barra de pan”. Se llama Miguel Lojo Negreiro, es gallego, tiene 39 años y
vive en Albacete, como puede, junto a su mujer y un bebé precioso que no tendrá
más de siete meses.
Miguel rebuscando en un contenedor |
Ahora pongámonos en antecedentes:
Miguel lleva un año y siete meses sin trabajar, aunque asegura que ha buscado
empleo por activa y por pasiva en toda la ciudad desde que está en el paro.
También dice bien alto, y bien claro, que las ayudas no son iguales para todos
y que las pocas que ha tenido pueden contarse con los dedos de una mano. Él,
junto a su familia (a la que representa en esta entrevista con Alimentación en
Cadena), ha encontrado ayuda y consuelo en Cruz Roja, Justicia y Paz, Cáritas
Diocesana y el párroco de la iglesia de San Vicente de Paul. A ellos se aferran
para conseguir pañales, comida y ropa; aunque la unidad familiar no está
compuesta solo por tres miembros y en muchas ocasiones la ayuda recibida no es
suficiente: “En mi casa somos diez personas en situación desesperada”, nos
comentó Miguel; porque viven en casa de los padres de María de los Dolores, su
mujer, junto con otros familiares.
Miguel y María Dolores hablan con el equipo de Alimentación en Cadena |
¿Puede complicarse más la situación de esta familia? Sí: “En mi casa, mi suegro paga 800 y pico euros de hipoteca, cobra 200 euros y ya este mes fue el último salario. Ahora ha ido al paro para pedir la ayuda de 426 euros y esperamos que se la concedan. ¿Cómo puede vivir una familia que tiene seis miembros en paro sin cobrar nada?”. Y, para seguir rizando el rizo, miran con miedo la deuda de cuatro meses de hipoteca en el domicilio familiar actual. “Si le quitan la casa a mis suegros donde estamos viviendo ahora, ¿dónde voy a vivir yo?”
Si seguimos echando la vista
atrás, Miguel llegó a cobrar al mes entre dos y tres mil euros mensuales y tuvo
a más de una veintena de trabajadores a su cargo. “A mí la vida me ha cambiado
como del día a la noche. Yo tenía, como quien dice, un contrato fijo, mi propia
empresa, llevaba trabajadores a mi cargo”. Y de esa situación acomodada ha
pasado a pedir ayuda para comer, para conseguir una vivienda y para trabajar.
La situación familiar de Miguel
hace que todos los días sean una prueba para seguir adelante. Una prueba que le
pone, en muchos momentos, ante escenas complicadas y límites. Mañana, en el
blog de Alimentación en Cadena, contaremos como Miguel y su familia se
afrontan, todos los días, a la dura tarea de comer, a la dura tarea de
vestirse. A la dura tarea de seguir adelante.
El matrimonio vive en la casa de los padres de María Dolores |
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